Visita a Collioure

San Vicente Ferrer pasó por Collioure en 1408 camino del Concilio de Perpignan. El 16 de febrero curó a un joven sordomudo, Pedro Cerdán, colocándole su manto sobre los hombros. Tras la milagrosa curación, aquél se convirtió en uno de sus más fervientes seguidores, acompañándole en sus peregrinaciones, hasta la muerte de San Vicente en Vannes en 1419. El que se convertiría en el Beato de Cerdán, moriría en Graus, donde residió los últimos siete años de su vida, en 1522.

En la iglesia de Santa María de los Ángeles de Collioure se conservan las estatuas de San Vicente y Pedro de Cerdán, que conmemoran el milagro antes mentado. La iglesia, de estilo neogótico del siglo XVIII, posee el mayor retablo de madera policromada de Europa, obra del catalán Josep Sunyer. Además se guardan unas reliquias de San Vicente Ferrer, donadas por el obispo de Vannes, y las de Pedro Cerdán.

En 1616 Vicente Ferrer fundó en Collioure la Cofradía de la Sangre. Actualmente son cien los cofrades, entre hombres y mujeres. En los actos religiosos visten una túnica de color negro, a excepción del prior, que va de rojo.

La labor de esta cofradía va encaminada a servicios sociales, como visitar a los enfermos y atender a las familias de los fallecidos.